Luego conoció a David Unger, uno de los rebeldes del barrio
judío de la capital polaca. Con él viajó a la Argentina en 1949, de manera
clandestina.
Se casaron y tuvieron 2 hijos. El primero, Néstor, nació en
Europa, es médico y vive en los Estados Unidos. El segundo, Leonardo, nació y
vive Buenos Aires, y también es médico. "Genia" tiene 6 nietos (Ilan,
Roni y Ezequiel, hijos de Néstor; Adrián, Melisa y Samanta, hijos de Leonardo)
y 3 bisnietos (Matías, Sofía y Olivia, todos hijos de Samanta).
Es una de las fundadoras del Museo del Holocausto en Buenos
Aires, un espacio "destinado a mantener viva la memoria de la Shoá y
difundir lo ocurrido durante el genocidio del pueblo judío". Está
convencida de que su misión es contar lo que le pasó: “Es la historia de
millones”, dice.
A los 91 años, vive hoy en Barrio Norte, ya sin David. Es
inseparable de su mascota "Rulo".
Ha contado su historia una y otra vez: es un testimonio
profesional sobre la Shoá.
Da charlas en todo el mundo, ha recibido varias distinciones
y conoció a todos los presidentes desde la vuelta de la democracia en 1983.
Tiene una agitada agenda, a la que acompaña muchas veces con oxígeno
suplementario porque, a veces, se le complica respirar.
Escribió 3 libros: "Renacer de las cenizas",
"Holocausto: lo que el viento no borró" y "Eugenia coraje".
Su relato llegó a la película "La lista de Schindler", de Steven
Spielberg.
El miércoles último visitó a Mauricio Macri en Olivos, por
el día de la diversidad. Fue especial porque se conmemoraba el levantamiento
del gueto de Varsovia en Occidente.
"Genia" besuqueó a Macri y le dejó marcado el
rouge. Ella misma se lo quitó con la mano. Luego se quedó mirando al presidente
y soltó su idishe mame más puro:
─Nene, no tenés medias, ¡te vas a enfermar!
Hace 3 semanas se hizo el Bat Mitzvah en el templo de
Hertzlia, en la calle Nicasio Oroño. El ritual judío, que en las mujeres se
hace a los 12 años, “era algo pendiente”.
“Aunque ya estoy un poco grande, siempre lo quise hacer
─dice, con una sonrisa─. Es una alegría enorme que Dios me da en mis últimos
años: pertenecer al pueblo judío. Yo nací a los 91 años.”
Fuente: Clarín
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